Fundamentos Ético-Filosófico del Pensar Reflexivo

18.03.2025

Reflexione sobre los comportamientos sociales observados en las últimas semanas. Para ello, sugerimos:

1.- Seleccione alguna situación contingente, hecho o fenómeno quellama su atención y descríbala brevemente. 

   El uso de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito médico ha revolucionado el diagnóstico, tratamiento y gestión de pacientes, mejorando la precisión y eficiencia de los servicios de salud. Sin embargo, plantea desafíos éticos y legales, especialmente en el trato al paciente y la responsabilidad en caso de error. Si bien la IA puede agilizar procesos y reducir el margen de fallos humanos, su implementación no exime a los profesionales de la salud de supervisar sus decisiones y garantizar un trato humano y empático. Además, surgen interrogantes sobre quién es responsable en caso de un diagnóstico erróneo o un tratamiento inadecuado basado en recomendaciones de IA: ¿el médico que la utiliza, el desarrollador del algoritmo o la institución médica? La protección de datos también es clave, ya que el uso de IA implica el manejo de información sensible que debe resguardarse adecuadamente. Por ello, es esencial regular su uso para garantizar beneficios sin comprometer la seguridad y los derechos de los pacientes.

2. Caso clínico: Paciente femenina de 30 años acude por dolor de rodilla derecha tras realizar actividad física de alta exigencia. 

   Para esta consulta el médico utiliza la página web ITACA, un asistente de IA para profesionales de la salud la cual graba y transcribe las sesiones con los pacientes, por lo que el médico creyó que esta era una buena herramienta para mantener contacto visual. Una vez realizada la entrevista y examen físico, el médico indicó una ecografía, reposo y le recetó advil de 400mg a la paciente como medida inmediata para aliviar el dolor y la inflamación.

Horas más tarde la paciente regresa a la consulta por reacción alérgica con síntomas de urticaria, disnea y tos. Frente a esta situación el médico solicita unos exámenes de urgencia y descubren que la paciente era alérgica al ibuprofeno, compuesto que contenía el remedio recetado por el mismo. Al revisar la ficha clínica el médico se da cuenta que ITACA no había escrito este importante dato durante la entrevista, que él no puso suficiente atención a la paciente y que tampoco tuvo la prudencia de revisar la historia antes de establecer un tratamiento.

Valores:

  • Responsabilidad: es responsabilidad del médico estar atento a lo que refiere el paciente y asegurarse de que el tratamiento sea adecuado y no empeore su salud, por lo que si usa una IA para transcribir la anamnesis, es su responsabilidad asegurarse de que coincide con lo que el paciente le refirió

  • Confianza: el médico debe crear un ambiente de confianza con su paciente, lo cual será difícil recuperar luego de que no haya revisado lo descrito por la IA y confiar ciegamente en eso y no utilizar sus capacidades médicas en la anamnesis

  • Prudencia: Un médico prudente verifica la información antes de prescribir un medicamento, evitando errores como el mencionado en el caso anterior.

Principios:

  • No maleficencia – El error causó daño potencial a la paciente, lo que va en contra del principio de no hacer daño.

  • Justicia – Se debe garantizar un acceso equitativo a una atención segura y efectiva, sin que la tecnología comprometa la calidad del servicio.

  • Responsabilidad – El médico debe asumir la responsabilidad del error que cometió la IA, no se tiene claro si los desarrolladores de esta deberían asumir alguna responsabilidad ya que el médico es el que debió supervisar que no se pasara nada importante.


3. Juicio de Valor Fundamentado 

   El uso de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito médico representa un avance significativo en términos de precisión, rapidez y optimización del diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, su implementación no exime a los profesionales de la salud de su responsabilidad ética y moral en la toma de decisiones clínicas.

   En este caso, el error de la IA al no registrar la alergia de la paciente y la posterior prescripción del medicamento por parte del médico evidencian una falla en la responsabilidad profesional y en la seguridad del paciente. Desde el principio de no maleficencia, el médico tiene el deber de evitar cualquier daño al paciente, lo que en este caso no se cumplió debido a la dependencia excesiva de la IA. Asimismo, se vulnera el principio de beneficencia, ya que la IA y el médico deben actuar en favor del bienestar del paciente. La falta de un adecuado control y revisión de la información afectó la calidad del servicio de salud y pudo haber puesto en riesgo la vida de la paciente.

   Desde un punto de vista de responsabilidad y justicia, es imperativo que los profesionales de la salud no deleguen completamente su juicio en la IA. La inteligencia artificial debe ser una herramienta de apoyo, pero el criterio clínico humano sigue siendo fundamental para garantizar la seguridad del paciente. Además, los desarrolladores de estas tecnologías deben garantizar la transparencia y seguridad en el uso de sus sistemas para minimizar los errores y mejorar la confianza en la IA médica.

   En conclusión, aunque la inteligencia artificial ofrece grandes beneficios, su uso en la medicina debe estar acompañado de una supervisión humana rigurosa. La ética médica exige que los profesionales sigan siendo responsables de sus decisiones y que los errores, sean tecnológicos o humanos, sean corregidos a través de protocolos de seguridad más estrictos. Este caso subraya la importancia de la combinación entre tecnología y juicio clínico, asegurando que la atención médica mantenga siempre como prioridad el bienestar del paciente.


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